13 de diciembre de 2008

Yo también merezco relajarme

Mirar fijamente las groserías escritas en mi mesa era lo único que me mantenía despierto mientras la profesora de matemáticas, una mujer amargada y paranoica, respondía ejercicios mecánicamente en frente del pizarrón. Honestamente era una tortura para mi permanecer sentado en ese lugar, no sólo porque estaba anocheciendo, sino porque detestaba a la señora.

De pronto sentí que alguien me susurraba desde atrás:
- "¡Oye Varela!... ¿cortemos la luz?".
- "¡Déjate de molestar¡", respondí sin entender el beneficio de la invitación.
- "¡Ya poh'!, pide permiso pa' ir al baño y cortai' la luz", insistió mi compañero.
- "¡Donde la viste!... ¿pa' que querí que haga eso?", pregunté.
- "¡Pa' tirarle el pelo al Contreras poh' loco!".

Sucede que el potencial objeto de nuestro castigo era mi mejor amigo, así que me quedé pensando por algunos minutos en que no debía participar de un ataque injustificado, pero repentinamente se apagaron todas la luces del edificio (un visionario del curso vecino se nos adelantó) y, estando cerca de sufrir un colapso nervioso, me abalancé sobre mi compañero sin provocación alguna, al mismo tiempo que el Leguina y el Aguilar me acompañaban. "¡¿Qué güea'?!... ¡suéltenme los conchesumadres'!, ¡perros culiaos' maricones!" gritaba la víctima a viva voz, mientras los golpes iban y venían. Acto seguido, me senté y la iluminación se restableció. A mi lado, sentado sobre su mesa, estaba El Contreras con la mirada extraviada, el pelo electrizado y casi ahorcado por su corbata.

Más allá de la evidente inmadurez nunca comprendí bien los motivos que originaban nuestro comportamiento abusivo, pero a partir de ese día constantemente estábamos ideando nuevas formas de hostilizar a mi amigo, mientras que la frecuencia de ellas estaba directamente relacionada con los garabatos que recibíamos. Es importante destacar que, paradójicamente, nuestra victima disfrutaba de ser arrastrado por los pasillos del liceo, recibir manotazos en el cuello o ser golpeado con cáscaras de naranja. No es que el tipo fuese masoquista, muy por el contrario, siempre luchaba fieramente para proteger su integridad física y, aunque rara vez evitaba nuestros ataques, siempre terminábamos felices y relajados.

Hoy paso la mayor parte del tiempo tensionado, tanto que a veces me duele el estómago y no puedo comer (increíblemente mi sobrepeso dice lo contrario). Necesito arrastrar a mis colegas por el suelo o darles patadas injustificadamente para ser completamente feliz. Si me lo permiten, se los agradeceré con una sonrisa.

Dedicado a Cristián Contreras y su esposa, quien seguramente estará disfrutando de los beneficios de tener un marido que contribuye con su felicidad.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, como en muchas ocasiones anteriores, sin ser esta la excepción, he disfrutado mucho de tu breve desahogo...
Y tal como me lo solicitaste y obviamente también movido por la motivación que me provoco la lectura, es que les contare a quien quisiera arrastrar.
Me encantaría tomar del cabello a aquellos colegas de mi oficina que sacan la vuelta, que siempre están llegando 5 o 10 "minutitos" atrasados, a aquellos que se desconectan minutos antes de colación para ir al maldito casino a colocarse en la fila para comprar fideos o arroz, a aquellos que se las pasan en break, sinceramente ¿Que quiebre realizan? no hacen nada , no hay nada que romper...luego vuelven de la colación en punto sino pasados y sacan su cepillo y el diario para ir otra media hora a sacar la vuelta, pero en los baños, y que al final de la jornada son los primeros en pararse incluso puedo estar mirando su horario de salida en mi visor mientras les tiendo la mano para despedirme. A todos ellos los arrastraría por unas 5 vueltas olímpicas a la Plaza Italia, y ojala me respondieran con improperios, por que más vueltas les daría.
“No esperen a que les digan que hacer, siempre hay algo en que se puede aportar”

Dedicado a todos los weones pajeros que trabajan conmigo en Nivel 1

El_IngEnIEro!!

Unknown dijo...

Es extraño este comentario..., es facil hacer imputaciones en modo anonimo, pero bueno, a todos los "delitos" que se agregan aca, sumaria otros, tales como fumar, si algunos hacen break, otros fuman, eso no es break???, no es quiebre, no es relajarse? si no es asi, que es??, la fila para el arroz o los fideos?, bueno, es lo que hay, lamentablemente, sea por plata, tiempo o lo que sea, muchos no traen su colacion, preocupado del visor??, de que no se pierdan llamadas??, debe ser mas facil y tener un verdadero espiritu colaborador cortar la llamada antes que salga tu nombre, pelear media hora para no hacer un reclamo o revisar un servicio ( y argumentar que se debe enviar a la plataforma desconocida x leugo de pasar por 2 dimensiones y marcar la opcion 2), hablar por telefono todo el dia sin hacer nada, revisar una y otra vez videos en youtube, escuchar regetton apenas se pueda o tener ringtones bien escandalosos en el celular..(y ojala con canciones de reggeton....), es facil criticar, quizas sirva para una especie de lavado de imagen...quien sabe, y si de verdad existe en este comentario motivacion, autoexigencia, etc, y no el hecho de denostar a la gente gratuitamente y ser sencillamente, en bien chileno "care palo", me alegro mucho, ojala asi sea....y no se trate...invocando otro dicho...del mitico padre gatica que pucha que grita (y grita bien fuerte, pa que todos escuchen y crean que hace algo...) y critica...pero no practica...

Anónimo dijo...

Jajajajajajajajaja
Estoy simplemente impresionada... te desconocía totalmente esta habilidad Varela... jajaja me haré fans de tu columna amigo

Un abrazo Poly

PD: Es increible que la lectura se hace mucho más sabrosa, cuando se conocen a los protagonista de la historia...