13 de junio de 2009

Aprender para comprender

Cuando pequeño escuché muchas veces decir a mis profesores que todo tiempo pasado fue mejor, lo que más allá de ser poco alentador para alguien con un futuro por delante, era difícil de imaginar, pues las cosas ya eran bastante malas en el colegio.

Era normal que la profesora, mientras explicaba alguna materia, recorriera el salón repartiendo tirones de cabello o palmazos a quienes no le prestaban la atención esperada. Si a pesar de lo anterior alguien no mejoraba su conducta, siempre era factible exponerlo a alguna humillación pública para hacerlo recapacitar. Y si por alguna casualidad el mal comportamiento se mantenía, todavía se podía recurrir a los padres, quienes siguiendo el ejemplo de sus familias, podían corregir al niño mediante una paliza.

Estoy convencido que después de varios años la calidad de la educación ha mejorado y que se ha trabajado con fuerza para respetar los derechos de los niños, no obstante, todavía hay cosas que están muy mal.

Supe del estudiante que, después de intentar asfixiar a un compañero, golpeó brutalmente al docente que lo detuvo con la ayuda de algunos delincuentes. Me enteré del maestro que, en castigo por no hacer sus deberes, mató a su alumno golpeándolo con una regla. Escuché de los niños que, molestos con sus calificaciones, prendieron fuego en el cabello de su profesora. Y también me sorprendí al conocer el caso de los educadores que, cansados de ser amenazados y agredidos, aprendieron artes marciales para enfrentar a los niños más violentos.

Situaciones como las expuestas me han permitido aprender de las palabras de mis profesores y me han ayudado a comprender que yo tuve una buena educación (la de antes), por lo que algún día dejaré lo que estoy haciendo y me dedicaré a enseñar, pero como pretendo morir de viejo, antes me compraré un chaleco antibalas y una pistola para estar a tono.

Dedicado a Jorge Gómez, a quien vi como castigaron con palmazos en las nalgas descubiertas al frente de la clase.

2 comentarios:

Todo a la parrilla dijo...

Menos mal que yo nunca tuve que recibir shatos' de los profes' pero si vi mucha coima y corrupción, en el colegio donde estudié y en la institución donde trabajé.

Abrazito
de Kty'
='.'=

lopillas dijo...

Maestros (Profesores) y Enfermeros con mayúscula -no de pacotilla-: Mi reconocimiento desde aquí a su importantísima labor.